Sucedió en un pueblo llamado las Rosas, municipio de Tlahualilo, Durango. En México.
Yo tenia 17 años, era una tarde
de primavera , muy tranquila y no parecía que esa tarde traería nada nuevo , mi
madre y
yo estábamos en casa , mis hermanos habían salido, y mi padre , que padecía de una enfermedad que limitaba sus
fuerza física , pero no su animo, había ido a trabajar a su parcela y según sus propias palabras ; iba solo un rato.
Nadie imaginaba lo que estaba
por suceder, de repente, en el cielo despejado, apareció una nube no muy
grande, pero había en ella algo que llamaba la atención; su color era negro, muy
negro. De pronto empezó a llover y fue ahí que mi madre me comento de mi papa,
pues ella se había empezado a preocupar
por El, y me mando a buscarlo; yo salí de casa
descalzo y sin camisa, pues
supuse que mi padre no estaría muy lejos de casa para entonces, en el trayecto , yo miraba a la gente que volvía
de sus
parcelas huyendo de la lluvia, pero mi padre no aparecía y eso
me preocupaba, entre mas me alejaba del pueblo mi preocupación
aumentaba, y la lluvia arreciaba cada
vez mas. El viento hizo su aparición,
como presagiando acontecimientos no muy agradables, ahi fue cuando el temor de
que algo le pasara a mi padre, invadió mi mente, no había tiempo para nada, había
que actuar y comencé a acelerar mi paso, la idea de que algo le pasara me
aterraba y preguntaba a quien me
encontraba en el camino por mi padre,
pero nadie me daba razón de El. Llegue a donde estaba una camioneta con la
esperanza de que quien estuviera ahí y me diera razón de el, cuando llegue ahí
y toque a la ventanilla, ellos no me oían
pues los truenos y relámpagos no permitían que ellos me oyeran y me vieran, cuando al fin me oyeron y les
pregunte por mi padre, su respuesta fue negativa y peor aun, me aconsejaron que
me devolviera, pues la situación se había
puesto ya muy peligrosa para todos. Ignorando su consejo, reanude mi búsqueda,
pero ya la angustia de no encontrar a mi padre había invadido mi ser, comencé a
llorar de desesperación y mas cuando
note que la lluvia además de agua se empezó
a mezclar con tierra y su intensidad no me dejaba ver mas allá de
diez metros y mis lagrimas se perdían con el agua de la misma.
No se cuantas veces caí al suelo,
no se cuanto lodo entro por mi boca., mismo que ahogaba mi grito de angustia
que salía de mi boca con la esperanza de que mi padre me escuchara y así terminara
aquella pesadilla. Pero aun faltaba mas, cuando llegue a un camino de terracería, las
piedras y las espinas me recordaron que
no llevaba zapatos, pues las piedras lastimaban mis pies y las espinas que
volaban con el viento se clavaban en ellos también, el dolor me invitaba a
rendirme, pero no lo iba a hacer, tenia que encontrar a mi padre. Cuando había avanzado un trayecto del camino
de terracería, sentí que algo golpeaba
mi cabeza y mi espalda, era el granizo, que comenzó a caer y a lastimarme más aun. Pero nada me detendría, tenia que encontrarlo
y llevarlo sano y salvo a casa, donde mi madre nos esperaba con desesperación y angustia, no podía fallarle,
Seguí avanzando hasta llegar a
la parcela de mi padre, el panorama era desolador, la parcela había
desaparecido, solo se miraba agua por todos lados. Comencé a gritarle con la
esperanza de ser oído por El, pero la
voz de los truenos sobrepasaba a la mía y mi padre nunca me escucho. ¿Que hago
ahora? me preguntaba, no quería volver a casa sin mi padre. Después de gritar
por un rato y no tener respuesta de el, decidí
volver, pensando que tal vez El había vuelto por otro camino y yo no la había
visto, esa idea me consolaba un poco, pero no estaría tranquilo hasta
verlo.
Llegue a casa cuando el sol ya
se ocultaba, iba cansado y adolorido de
todo mi cuerpo, y cuando entre a la
casa, vi el rostro de mi madre que preocupada buscaba con sus ojos la figura de
mi padre, pues ella esperaba entráramos juntos,
pero no fue así, su rostro me dijo lo que yo no quería oír; ¡mi padre aun no llegaba¡
Sentí que le había fallado a
mi madre, me sentí culpable por no haberlo encontrado, pensar que en mi estuvo
el salvarlo me hizo sentir culpable.
Tenia ganas de salir nuevamente a buscarlo, pero no tenia fuerzas y me dolía
todo el cuerpo y estoy seguro que mi
madre al verme así, no me lo habría permitido.
Mi hermano mayor entro a la
casa ignorando todo lo sucedido, mi madre le conto todo, y sin pensarlo dos
veces, reunió a varios de sus amigos y
salieron en busca de el, ya había anochecido,
no teníamos corriente eléctrica a causa de la tormenta, lo que hacia mas
difícil la situación. Transcurrieron varias horas en una espera angustiosa, Cuando
de repente por la puerta de la casa entro mi hermano y detrás de El la figura
que todos queríamos ver:
MI PADRE, lo habían encontrado
debajo de un puente, el agua le daba hasta el cuello y su cuerpo estaba entumido por el frio.
Todos lo abrazamos y besamos,
la pesadilla había terminado, mi culpabilidad se disipo y mi corazón estaba
tranquilo, pues mi papa estaba otra vez entre nosotros.
Ahora podía descansar, el cansancio me venció y me
fui a dormir. Al siguiente día nos dimos cuenta que la lluvia del día anterior,
no fue una lluvia común, sino una TROMBA,
Y la misma había destruido casas y arboles, y reconocimos que Dios nos había
ayudado a todos nosotros.
Yo no podía caminar a causa
de las lastimaduras en mis pies, y la espalda me dolía a causa del granizo que
me había golpeado. Mi mama comenzó a sacarme las espinas que seme habían clavado, no se cuantas logro
sacar, solo se que fueron muchas por que
ella las fue juntando y al final
me las enseño. Mi padre había salido
nuevamente a la parcela para evaluar los daños,
¡la cosecha, se había perdido!
Y cuando volvió, y vio mis pies y las espinas que había sacado mi madre, me abrazo muy fuerte y sus lágrimas comenzaron a rodar por sus
ojos, no
me dijo nada, no hacia falta, su abrazo me decía más que todo. No se
cuanto duro el abrazo y no quería que se
terminara. Fue entonces que pensé en mi mente:
“ Lo volvería a hacer”., porque, mis padres, me han dado mucho, mas que yo a ellos, ellos lo han hecho todo por nosotros, no
importando el sacrificio, porque su amor por nosotros es mas grande que
cualquier cosa.
Ya han pasado muchos años de
esta experiencia y todavía la recuerdo y las lagrimas hacen su aparición, pero
lo que mas recuerdo, nos son las espinas, ni el granizo, ni la lluvia, ni el
viento; LO que mas recuerdo es el abrazo de mi padre, y hoy lo recuerdo mas y quisiera abrazarlo
una vez mas, pero no puedo, pues la distancia nos separa físicamente, estoy muy
lejos de ellos. Pero mi corazón esta muy
cerca, muy cerca de ellos. Solo espero el momento de verlos nuevamente y cuando eso suceda lo voy a abrazar fuerte, muy fuerte y quizá en mi mente
pensare de nuevo: -LO VOLVERI A HACER’
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